El de después de correr o nadar, con kilotones de adrenalina corriéndome por el cuerpo.
El de pocas horas de sueño seguidas de muchas horas despierto, pasada de revoluciones totalmente, drogada pero sin drogas.
El de toda la vida, ese que te hace querer irte al sur de mochilera después de padecer otro viernes mas tratando de salir de Buenos Aires.
El de post-recital.
El de hoy, donde cada músculo tensionado me recuerda la presión de tu cuerpo sobre el mio, el sabor de tu espalda, el placer de que me beses con gusto a limón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario