jueves, 5 de mayo de 2011

Horizontal-vertical.

Lo que mas me gustaba de el era como me miraba.
No de repaso, no con lujuria, no con amor: me miraba como quien se eterniza en la ultima palabra de cuatro letras horizontal que falta para terminar el crucigrama. Esta ahí, son cuatro letras, la definición te lo regala prácticamente pero no te sale.
Y son cuatro letras.
El me miraba así.
Nunca lo dijo pero yo sabia (con ese sexto sentido que me acompaño siempre cuando se trato de el) que me consideraba un desafío: un crucigrama con dos palabras griegas en el medio, estorbando la normal resolución de un tarea sencilla.
Y así íbamos por la vida, en empeñado en resolverme y yo convencida de complicarle cada vez mas la tarea.
Hasta que un día, en nuestro décimo aniversario de casados mi cuñada creyó que la ultima edición de la Real Academia Española, edición de lujo con tapas azuladas, era un excelente regalo.
Esa misma tarde encontró la definición.
A los dos meses, nos divorciamos.

2 comentarios:

  1. Demasiado complicado para leerlo en horario de almuerzo y con varias cosas para resumir! jajaj Prefiero pensar eso y no que no lo entendí

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