No soy una chica Cosmo.
Ni siquiera remotamente entro en esa categoria de mujeres perfectas, que siempre tienen a los "must" de las temporada, saben donde estan los bares de moda (y entran gratis por ser habitues) y que consiguen hombres con la misma facilidad con la que el resto de nosotras compramos facturas a la mañana en la panaderia.
A mis 21 años no tengo mi departamento, no vivo sola y trabajo para sobrevivir y darme los gustos dentro de lo posible.
Soy de verdad.
Soy real.
Me enojo cuando las cosas me salen mal, fumo cuando quiero matar a alguien, hablo fuerte, me rio abiertamente, me gusta el cine de autor pero las romanticas de Hollywood tambien, tengo un cuerpo que jamas sera tapa de una Playboy y lloro, a veces por estupideces.
No soy una modelito con 90-60-90 y un sequito de peluqueros y maquilladores retocandome las ojeras, y a pesar de eso, los hombres se han dado vuelta a mirarme en la calle mas de una vez.
Tuve historias increibles (mis amigas las llaman "de pelicula", cosas que solamente me pueden pasar a mi)
Y fue, por que gracias al cielo, ahi afuera
existen hombres de verdad tambien.
No metrosexuales que preparan martinis acodados en la barra de la cocina multifuncion que tienen en la casa, sino hombres reales; de esos que se olvidan cumpleaños y aniversarios sacandonos de las casillas, no saben hacer mas que un huevo frito y fideos hervidos con algo de suerte y en la heladera no tienen queso rallado pero si cinco cervezas heladas.
Hombres que dejan la toalla en el piso, no tienen un peso al dia ocho de haber cobrado por que sacaron entradas para Metallica para ellos y sus veinticinco amigos haciendole el aguante a "los chicos" por que todavia no cobraron, los mismos veinticinco que lo alejan de vos todos los miercoles para correr en una cancha de papi como si los mirara el reclutador del Barcelona desde el palco cuando las unicas que estan firmes junto al pueblo (si las dejan) son novias abnegadas que gritan los goles como si fuera el ultimo minuto de la Intercontinental.
No me malinterpreten chicos, me encanta que insitan en pagar aunque esten haciendo chicle los ultimos cien pesos que les quedan y me gusta ser una dama de vez en cuando. Pero me parece que estamos frente a una gran desorganizacion.
Por que no hay derecho a que un pequeño grupo de mujeres (divinas, bronceadas, perfectas en apariencia) se quede con lo que por derecho nos pertenece al resto.
Podriamos ponernos de acuerdo no?
Aquellos que quieran chicas Cosmos cuyo unico deseo en la vida es encontrar un futbolista/abogado/whaterever thats works que las mantenga, aun a riesgo de ser un trofeo mas en la pared, les dejamos Esperanto y Pachá para que recluten: podran elegir entre su ejercito de mujeres plasticas, huecas y vacias en esencia, dueñas de un breve instante de eternidad congelado entre los 18 y los 30 si se esfuerzan lo suficiente.
Pero ustedes deberan ceder algo tambien.
Dejarnos a aquellos que saben apreciar que sabemos jugar al truco, que no se sienten intimidados por descubrir que nos gusta el futbol y que disfrutan (y entienden) que como buenas mujeres reales que somos, somos un torbellino indescifrable...
pero valemos la pena.